Con los ojos vendados, volvió sobre sus pasos cubriendo su cuerpo, pero percibió aquellas extrañas manos que tomaron una a una cada pequeña tirilla de la fina enagua que la cubría y comenzó a desvestirla desde los hombros lentamente, así quedaron al descubierto sus firmes pechos y sin poder evitar sentirse turbada por el placer de lo desconocido empezó a estimularse los pezones hasta convertirlos en fieras puntas anhelantes al mordisco sutil...Sus gemidos la incendiaban y se retorcía mientras se excitaba al mismo tiempo que su piel se erizaba; al enardecer de pasión buscó desesperada palpar la piel del extraño pero éste se alejó; presentía el esfuerzo de aquel hombre por mantenerse en silencio, sabía que su deseo ya no podía esperar mas, fue entonces que ella decidió separar sus muslos y dejar su sexo a la vista, olfato, gusto y tacto del que la esclavizaba...
De pronto un inmenso escalofrío la recorrió mientras desenfrenadamente aquel hombre hundió su cabeza entre sus piernas y recorrió su sexo de memoria, mientras con su lengua artera la penetraba…
Aferrado deliraba con el aroma almizclado y los femeninos efluvios que aquel deseado sexo exhalaba, levantó su boca y apretó sus labios sobre el monte del placer y presionando sintió su humedad...
Ella padecía casi con desesperación, intentaba juntar las piernas pero le fue inútil, el goce la doblegaba a entregarse sin fin…





Esa noche no podía conciliar el sueño, solo quería estar así abrazada sintiendo como respirabas, como tu pecho se movía lentamente contra el mío siguiendo el ritmo calmado de mi corazón…






