INTENSIDAD… (En éste momento)

La noche hace que la sangre burbujee, de repente tenemos la necesidad imperiosa de saber dónde se encuentra el momento justo del asalto fugaz; los ojos se alzan ante la soberbia oscuridad, que nos invita al refugio de los amantes que como sonámbulos escapan a dibujarse caricias con sus manos y asaltan en silencio el pulso, el calor, la piel…
Anoche deseaba sentir tus manos, que me excitaras una y otra vez; que invadieras el desorden de mi sangre, vibrar bajo una rueda de estrellas, hacer que el viento se arremoline ante tu mirada; que me sientas cálida y tenaz dejándome abandonar en los ángulos de tu cuerpo, tentarte con mis manos, con mis caricias, con mis palabras y padecer la erosión de tu lengua ansiando beber el sin fin de cada península…
Enhebrarnos como en una tempestad; sentarme sobre vos, con mi filosa boca buscar tu boca; no poder evitar la desnudez que nos convidamos y observar tus manos posarse en mis pechos…
Gozarnos al unísono de los sexos uno dentro del otro, servirnos a la impaciencia de la carne...
Sin prudencia alguna comenzar a gozarnos, penetrarnos y luchar hasta la derrota…
Que puedas ver mi fragilidad temblorosa…
Hasta que cansados, comencemos a sentir que conteniendo la inconsistencia nos apoderamos uno del otro fabulosamente; y conozcas así uno de mis interminables espasmos…
Sentir que sin hacerte esperar con tu marea me inundas...
Luego de cubrirnos centímetro a centímetro, yacer bañados en transpiración, con la vista perdida; permanecer jadeando sobre tu cuerpo y que insaciable con la humedad de tus dedos delinees tu huella en mis límites…