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miércoles, noviembre 02, 2011

Guía práctica de escalada al culo redentor...



Lunes, me despierto de lo más fresquita, cosa rara para un día de la semana y para colmo de males Lunes, si las hay!!!

Mientras termino de desperezarme le propino los últimos apapachos de despedida a mi almohada, concluidos los mimos, me destapo enrollando a los pies de mi cama sábana y acolchado, saco una de mis piernas apoyando el pie en el suelo, cuando en una maniobra complicada de explicar se me atasca el otro pie en la fucking sábana haciendo que caiga de manera contundente arrodillada al suelo ejectando mi cabeza de pleno contra el placard, pego un grito de padre y señor nuestro (??), me quedo inmóvil ante el estruendo -¡Y EL DOLOR!-, me incorporo como puedo, me visto, voy hacia el freezer, saco mi bolsita de gel refrigerante y salgo rauda hacia mi rutina laboral pavoneando lo más campante mi chichón frontal...



Martes, llego del trabajo, enjuago la poca ropa pendiente por lavar y una vez lista para ser tendida voy hacia la terraza, termino de hacerme la ama de casa (??) ejemplar, me fumo un puchito mientras me lleno los ojos de la hermosa tarde primaveral...
Voy bajando tranquilamente las escaleras cuando en otro hecho confuso todo el cuerpito gentil que porto y habito empieza a desbarrancar escalón por escalón sin pausa, decidiendo frenar la despatarrada -¡GRACIA’ DIOR!- en el último escalón de lo contrario me esperaba la jeta contra la pared, again...


Conclusión: el señor que me corteja -QUE A ESTAS ALTURAS VA CAMINO DIRECTO Y SIN ESCALAS A LA CANONIZACIÓN- acude raudo a mi llamado porque comienzo a sentir en cámara lenta que el cuerpo se me descuartiza en varios actos a saber: inflamación dorsal similar a las jorobas de tres camellos juntos -¡DOLOROSÍSIMA COMO HACE TIEMPO UN GOLPE NO ME MAGULLONA TANTO!- después el hombro izquierdo, comienza a pincharme como si dentro tuviese un enjambre de abejas y por último la cabeza comenzó a retumbarme ya sin poder recordar si me la había golpeado o no; acto seguido junto toda la papeleta de la obra social y partimos veloces -¡¡Y CON PRISA, MUCHA!!- hacia la guardia médica más cercana, una vez atendida por el traumatólogo de turno por segunda vez en la visita y con casi una docena de placas en mano, el facultativo sentencia fisura -DE NO SÉ QUÉ ESPECÍFICAMENTE- en el hombro, algo que esta entre la clavícula y el omóplato, al menos eso me recordaron que dijo el quia...







En fin, resignada debo agradecer la sabiduría de la madre naturaleza porque a no ser por mi mullido upite me podría haber quebrado la cadera sencillísimamente!!

Ahhh, también estoy profundamente agradecida a ‘esa cosa del más allá’ que se ve, todavía, no me quiere en sus huestes… :)

martes, septiembre 13, 2011

Al que madruga, quién era que lo ayuda??

Desde que me mudé a la República de Mataderos -hace aproximadamente 4 meses- sólo tres líneas de colectivos me dejan relativamente cerca del trabajo, o dentro del radio de Avenida Santa Fé al 1500...
Los primeros días probé con la línea 126, pero desistí ante la idea poco segura de patear más de 20 cuadras a las 05:30 horas de la madrugada, luego, aunque no convencida del todo, experimenté con la línea 180 que me deja a menos de 10 cuadras de sereno trote…
Hace una semana -hasta el día de hoy clarostá- venía pensando en cruzarme de vereda hasta la parada de 92, sabiendo que la hora densa que tarda en atr
avesarse la capital la invertiría sentándome durante el trayecto, aprovechando para dormir ese ratito extra que parece faltarme todos los días...
Desde hace menos de una semana, en dos oportunidades -la segunda
me pasó hoy mismito- apenas me subo al colectivo unos extraños vahídos me dejan al borde del desmayo, motivo por el cual abochornada debí aceptar que me cedieran el asiento en ambos casos, cabe aclarar que a pesar de sufrir de presión baja, jamás de los jamases me pasó algo así, mucho menos frescamente recién levantada...
La cosa es que ese ‘malestar’ -atribuido por muchos a modificaciones en mi plan alimentario, más vulgarmente llamado dieta eternamente femenina- hizo que no terminara de decidir mi cambio de rutina matinal...

Hoy, al ratito de llegar al trabajo, me ponen al tanto de la tragedia sucedida, desde ese exacto instante un escalofrío espantoso no deja de recorrerme el cuerpo, tal vez por eso siento la necesidad de exorcizar mi tétrica paralisis existencial...







Este video pertenece a las imagenes captadas por las cámaras de seguridad de la Policía Metropolitana